Cuando empezamos un estilo de vida tan demandante como lo es el entrenamiento o el fitness en general, la motivación al hacer ejercicio es primordial. Para nadie es un secreto que los altibajos son constantes, sobre todo al instante de hacer caso a falsas creencias o de esperar resultados milagrosos e inmediatos. Claramente, las personas en general poseen un objetivo preciso cuando inician su camino en el gimnasio, algún deporte o actividad física. Sin embargo, un porcentaje mínimo es el que se mantiene constante, mientras que otros solo muestran la intención inicial.

Es allí donde radica el problema, pues no termina de ser una realidad tangible para ellos por falta de motivación. Por lo tanto, vamos a repasar algunos consejos para evitar perderla. ¿Alguna vez has iniciado un programa de ejercicio y luego lo has abandonado? Si es así, no te preocupes, es algo común. A muchas personas les sucede cuando se aburren, no disfrutan o los resultados no llegan rápidamente por haberse creado falsas esperanzas. Para contrarrestar ese sentimiento y luchar contra él, aquí te proporcionamos 5 consejos para mantener la motivación y seguir adelante.

No seas fantasioso y establece una meta acorde a ti

No seas fantasioso y no te compares de inmediato con avanzados en el gimnasio. A partir de esa idea, comienza con objetivos simples y luego avanza hacia objetivos más desafiantes. Con esto, vas a adquirir una serie de actitudes y aptitudes más realistas, totalmente alcanzables para evitar la frustración y el abandono.

Por ejemplo, si no has estado haciendo ejercicio durante un tiempo, un objetivo a corto plazo podría ser caminar durante 10 minutos al día, cinco días a la semana. Luego, una meta intermedia sería aumentar a 30 minutos al día, cinco días a la semana. Finalmente, a largo plazo completa una caminata de 5 kilómetros.

Para la mayoría de los adultos con buena salud, el Departamento de Salud y Servicios Humanos recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa a la semana, o una combinación de ambas. Además, recuerda siempre incorporar ejercicios de entrenamiento de fuerza para todos los grupos musculares principales al menos dos veces por semana.

No subestimes el papel de los “partners” o compañeros de gimnasio

Adentrarte en el camino del gimnasio o del mundo del fitness puede ser difícil, sobre todo si no tienes compañía. Y no tiene por qué ser así, dado que no estás solo en esto. Parte de la motivación es contar con alguien que esté a tus espaldas o al tanto de tu rutina. A su vez, servirá para subir el ímpetu y el ánimo a la hora de mover hierros.

Para cumplir con este consejo de motivación al hacer ejercicio, invita a tus amigos o compañeros de trabajo a unirse a ti. Inclusive, puedes llevar a cabo una rutina con tus seres queridos. Por ejemplo, jugar fútbol con tus hijos u organizar un grupo de vecinos para ir a clases en un deportivo local. A grandes rasgos, la compañía y el apoyo de otros pueden hacer que el entrenamiento sea más divertido.

Registra tus progresos y evita el sobre-entrenamiento

Cuando entiendas que los resultados no se cosechan de la noche a la mañana, ni en tiempo récord, habrás concretado un gran progreso. En lugar de esperar un gran cambio físico en un período pequeño, mejor registra tus progresos diarios. De ese modo, tendrás una motivación extra al hacer ejercicio, pues estarás impulsado y dedicado a vencer tu marca personal día tras día.

Eso sí, registrar lo que corres, mueves o levantas no es sinónimo directo de fatigarte o entrar en la etapa del sobreentrenamiento. Al contrario, tu rutina debe ser acorde a tu objetivo y características, sin salirse de los límites. De no ser así, el cansancio, dolencias y hasta las lesiones, comenzarán a aparecer. Cada uno de esos aspectos es un antagonista comprobado de tu progreso, por lo que deberás evitarlos con prioridad y así evitar la desmotivación.

La mejor felicitación es la tuya – Recompénsate cuando debas

Después de cada sesión de ejercicio, tómate unos minutos para apreciar las sensaciones positivas que la actividad física te brinda. Pese a que no lo creas, este tipo de recompensa interna, como sentirte bien contigo mismo o experimentar una mayor energía, puede fortalecer tu compromiso a largo plazo con el ejercicio regular.

Además de las recompensas internas, las recompensas externas también pueden ser útiles. Establecer objetivos a largo plazo y condecorar con algo especial cuando los alcanzas, como comprar unos nuevos zapatos o un disco de vinilo de tu grupo favorito, ya sea Green Day, Coldplay o Linkin Park para disfrutar durante el ejercicio, puede manifestar motivación adicional al hacer ejercicio y que el proceso sea más gratificante.

Convierte tu rutina en un pasatiempo divertido y flexible

Encuentra deportes o actividades que disfrutes y varía tu rutina para mantenerte motivado. Si no te diviertes con tu programa de ejercicio actual, prueba algo diferente, como unirte a una liga deportiva, tomar clases de baile o visitar un gimnasio o centro de artes marciales.

Aparte, intercala actividades físicas en el transcurso de tu día, como usar las escaleras en lugar del elevador, caminar mientras tus hijos practican deportes o hacer ejercicios de fuerza conforme ves televisión. Hoy por hoy, la investigación ha demostrado que pasar mucho tiempo sentado puede afectar negativamente la salud, incluso si te ejercitas de modo regular. Entonces, aprovecha los descansos para moverte, como caminar al bebedero o pararte aun si hablas por teléfono.

Como punto final, recuerda ser flexible y no tan estricto con tus decisiones que no estén asociadas con la actividad física. En otras palabras, si te sientes muy ocupado o sin ganas de hacer ejercicio, está bien tomarse uno o dos días libres. Sé amable contigo mismo y descansa si lo amerita, pero lo ideal es y siempre será retomar tu programa de ejercicio lo antes posible.