Muchos de nosotros hemos sentido un olor particularmente extraño luego de entrenar o incluso al ducharnos, especialmente luego del ejercicio prolongado. Como si nuestro sudor tuviese olor a amoníaco. ¡Veamos por qué se produce y cómo evitarlo!


Obviamente, no queremos oler como una fábrica de amoníaco ambulante luego de entrenar, por lo que comprender por qué se da esta situación nos ayudará a saber cómo evitarla. Y aunque a muchos atletas no les moleste desde el punto de vista estético, si les da miedo que el olor signifique que su cuerpo está «descomponiendo proteínas», ¡lo cual es una gran preocupación para cualquiera que intenta desarrollar músculo.

¿Por qué nuestro cuerpo genera olor a amoniaco?

Es bastante sencillo que nuestro cuerpo produzca olor a amoniaco después de hacer ejercicio, esto se deba a una de dos situaciones, o incluso a ambas: Básicamente es la falta de carbohidratosgrasas para quemar como fuente de energía y/o por la falta de hidratación corporal.

El amoníaco (el término químico es NH3) es un producto de descomposición de los aminoácidos del cuerpo. Recuerda que los aminoácidos son los componentes básicos que el cuerpo necesita para producir proteínas, y a partir de las cuales fabrica el musculo (entre muchísimos otros compuestos). 

Déficit de carbohidratos

Cuando entrenas lo suficiente como para agotar tus reservas de glucógeno (es decir, cuando te quedas sin carbohidratos para quemar), tu cuerpo comienza a quemar proteínas para obtener energía. Entonces el átomo de nitrógeno se elimina químicamente de la molécula de aminoácido, para permitir la transformación a glucosa. Luego, nuestro cuerpo procesa el nitrógeno en los riñones y forma urea para su excreción. Pero si nuestros riñones no pueden manejar la carga de urea, el nitrógeno se excreta a través del sudor como amoníaco.

Déficit de agua

Pero cuidado, dijimos que había otro factor a considerar que era el consumo de agua. Los métodos utilizados para eliminar el exceso de amoníaco, como la orina y el sudor, requieren agua como mecanismo de transporte. Si no estamos aportando la cantidad de líquido adecuada, entonces la solución (amoníaco + agua) no se diluirá correctamente. Si no está tomando suficiente líquido para tener al menos una o dos micciones claras todos los días, deberás tomar más agua.

Según estos razonamientos, está claro que tu sudor tendrá olor a amoníaco solo si has ejercitado lo suficiente como para que tu cuerpo tenga que recurrir a los aminoácidos para obtener energía, o bien si no recibes la cantidad de agua adecuada.

¿Cómo evitar el olor a amoniaco luego de entrenar?

La clave para evitar el olor a amoníaco es ingerir una suficiente cantidad de carbohidratos para todo el entrenamiento. Si consumes una óptima cantidad de carbohidratos, entonces podrás tener suficiente energía para alimentar tu actividad durante el ejercicio. Incluso las personas que entrenan con el estómago vacío deberían tener algo de glucosa en el torrente sanguíneo al levantarse.

entrenar sin olor a amoniaco

Si encuentras que el olor a amoníaco persiste (incluso cuando consume carbohidratos con cada comida), refuerza el consumo de algún carbohidrato de bajo índice glucémico antes de hacer ejercicio. Un poco de avena, una manzana pequeña o incluso un pedazo de pan integral puede proporcionar el combustible que necesita tu cuerpo.

¡Recuerda, tu cuerpo necesita combustible para quemar grasa! Así que no pienses que con darle algunos carbohidratos antes de hacer cardio vas a tirar por la borda el proceso de quema de grasa. Con respecto al agua, pues no hay mucho más que decir, cumple con tomar al menos los 1.5 – 2 litros de agua al día (o más si tu entrenamiento así lo requiere), y en combinación con el punto anterior ya no deberías tener el problema de sentir olor a amoniaco en tu cuerpo.

Conclusión acerca del olor a amoniaco luego del ejercicio

Para resumir el tema, tu cuerpo solo puede procesar una cierta cantidad de alimentos en cada comida. Por lo tanto, puede que no sea del todo posible evitar ese olor a amoníaco durante actividades prolongadas. Este característico olor es común, por ejemplo, entre los corredores de maratón, que realizan ejercicio cardiovascular continuo durante más de hora seguida.

En esa situación, es aconsejable consumir «bebidas deportivas» u otras fuentes de energía durante la actividad para alimentar tu cuerpo (y especialmente tu cerebro) de un buen afluente de carbohidratos, la idea es evitar que tu cuerpo queme los aminoácidos para obtener energía. Ah! Y obviamente, no te olvides de tomar el agua que necesitas para encarar el día y tus actividades físicas.

Entonces, la próxima vez que huelas amoníaco al terminar de correr o mientras te estas bañando, no te preocupes. No significa necesariamente que tu tejido muscular se esté catabolizando, tampoco significa que estés condenado a apestar por el resto de tu vida, es una cuestión excepcional. Consume una comida nutritiva inmediatamente después del ejercicio, un plato rico en proteínas magras y carbohidratos sin procesar.