El corte de peso es una práctica muy común entre los deportistas que compiten en deportes divididos en categorías de peso, principalmente en deportes de contacto como el boxeo, las artes marciales mixtas, el judo o la lucha. Este recorte de peso consiste en reducir el peso corporal en un corto periodo de tiempo, con el objetivo de alcanzar el peso para el momento del peso y poder entrar a competir en una categoría inferior, teniendo una ventaja significativa sobre los rivales. Sin embargo, el corte de peso no es algo que se deba hacer a la ligera, ya que puede tener consecuencias negativas para la salud y el rendimiento, teniendo que estar controlado por profesionales.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que un corte de peso no es lo mismo que perder grasa. La grasa es un tejido que se almacena en el cuerpo como reserva de energía y que se elimina mediante un déficit calórico sostenido en el tiempo. El corte de peso, en cambio, se basa en eliminar agua y electrolitos del organismo, mediante la restricción de líquidos, la sudoración o el uso de productos diuréticos. En definitiva, se trata de un engaño al cuerpo para conseguir un momento puntual de vaciado completo para dar el peso en la báscula.
Este proceso provoca una deshidratación que puede afectar al funcionamiento de los órganos vitales, al equilibrio hidroelectrolítico y al sistema cardiovascular. Además, el corte de peso no es permanente, ya que el cuerpo tiende a recuperar el agua perdida una vez que se rehidrata, un proceso que dura 24 horas para llegar al combate con las mejores condiciones posibles. El corte de peso es una estrategia que puede ayudar a ganar una ventaja competitiva en los deportes de contacto, pero que también implica riesgos para la salud y el rendimiento. Por eso, es importante hacerlo con precaución y responsabilidad, siguiendo unas pautas y consejos profesionales.
Razones para realizar un corte de peso
Una de las razones para hacer un corte de peso es buscar una ventaja competitiva, permitiendo al deportista competir en una categoría inferior a la de su peso habitual. De este modo, se puede tener más fuerza, potencia y resistencia que los oponentes, lo que puede marcar la diferencia en un combate. Además, al reducir el peso corporal y realizar un buen rebote, del que hablaremos posteriormente, se puede mejorar la velocidad, la agilidad y la movilidad, lo que puede facilitar la ejecución de técnicas y estrategias. Por otro lado, al hacer un corte de peso se puede evitar enfrentarse a rivales más grandes y fuertes, que podrían suponer una amenaza mayor.
Un corte de peso se realiza para cumplir con las normas de la competición, ya que muchos deportes de contacto tienen divisiones de peso establecidas, que determinan el rango de peso en el que se puede competir. Estas divisiones tienen como objetivo garantizar la seguridad y la equidad de los deportistas, evitando que se produzcan desequilibrios o desventajas por cuestiones de tamaño o masa muscular. Por eso, los deportistas deben pesarse antes de cada competición, y si no entran en el rango establecido, pueden ser descalificados o penalizados. Este pesaje suele producirse entre 24-48 horas antes del combate, permitiendo la rehidratación del organismo.
Por otro lado, el recorte de peso se hace por otra sencilla razón, el rival va a hacerlo también. En el mundo del deporte profesional, se busca optimizar al máximo los recursos, es decir, aprovechar al máximo el conocimiento y la tecnología a nuestro favor. Por ello, si el rival hace un corte de peso, con su posterior rebote, a la hora de combatir tendrá una ventaja significativa de varios kilos. A razón de esto, se ha extendido el hecho de que el corte de peso sea obligatorio si se quiere rendir al máximo en la categoría. Probablemente en los pesos pesados, sin límite de peso en muchas competiciones, se pueda obviar el recorte, pero, en otras categorías, es indispensable.
Planificación y preparación
Para hacer un corte de peso exitoso, se debe planificar y preparar con antelación, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
- El objetivo: Se debe establecer cuánto peso se quiere perder y en qué plazo de tiempo, es decir, el límite de peso para la categoría a la que se va a competir. En este proceso, no se debe intentar perder más del 10% del peso corporal en una semana, ni más del 5% en las últimas 24 horas antes del pesaje. Se debe ser realista y ajustar el objetivo al peso ideal para competir, sin comprometer la salud ni el rendimiento.
- El método: Se debe elegir el método más adecuado para hacer el corte de peso, según las características personales, las preferencias y las normas de la competición. En este proceso se debe evitar recurrir a métodos extremos o peligrosos, y, utilizar métodos basados en saunas, trajes térmicos y nutrición. Estas prácticas deben ser supervisadas por un profesional para evitar desmayos, calambres, arritmias, hipotermia, etc.
- La supervisión: Se debe contar con el apoyo y el asesoramiento de profesionales cualificados, como médicos, nutricionistas y entrenadores. Estos profesionales pueden ayudar a diseñar un plan personalizado de corte de peso, que tenga en cuenta las necesidades nutricionales, energéticas e hidroelectrolíticas del deportista. También pueden monitorear el estado de salud y el rendimiento del deportista durante el proceso, y detectar posibles complicaciones o riesgos.
- La rehidratación: El deportista se debe rehidratar correctamente después del pesaje, con bebidas isotónicas o hipertónicas, que contengan agua, glucosa y sales minerales. De este modo, se evita la deshidratación y se restablece el equilibrio hidroelectrolítico. Se debe beber al menos 1 litro por cada kilo perdido durante el corte de peso, y hacerlo de forma gradual y pausada.
¿Cómo hacer un corte de peso? Métodos de corte de peso
El proceso de corte de peso en los deportes es una estrategia que requiere una planificación cuidadosa y precisa, especialmente durante la semana previa al pesaje oficial. Durante este período, los atletas buscan perder peso para alcanzar una categoría de peso específica y competir en su división deseada. Sin embargo, es crucial abordar esta práctica con precaución, ya que puede tener efectos negativos en la salud y el rendimiento si no se lleva a cabo de manera responsable. Antes de la última semana, se busca una reducción progresiva del peso, con una dieta cómoda y sencilla para el atleta, dejando los últimos kilogramos que se deben eliminar para la semana previa al combate, donde el recorte de peso es el eje central.
La semana antes del pesaje es una fase crítica en el corte de peso, al ser el momento en el que los deportistas adoptan una serie de medidas para reducir su peso corporal. La mayor parte de estas medidas se realizan a través de la pérdida de agua, así como la reducción temporal de la ingesta de carbohidratos. A pesar de lo que pueda parecer, los primeros días se deben tomar grandes cantidades de agua, con hasta 10 litros diarios, es decir, se le da un exceso de agua al cuerpo, una especie de engaño para la fase de deshidratación.
Este aumento inicial de la hidratación, continua con una disminución gradual de la misma, controlando la ingesta de sodio y alimentos salados para evitar la retención de agua. A continuación, se realizan técnicas como baños calientes y saunas para estimular la sudoración y eliminar agua del cuerpo. De forma visual sería llenar una esponja de agua para, durante varios días, dejarla completamente seca.
Rebote – Recuperación de peso
El rebote de peso, también conocido como «rehidratación» o «recuperación de kilos», es una fase esencial, así como la fase final de cualquier recorte de peso. Tras el riguroso régimen de pérdida de peso antes del pesaje oficial, los atletas deben rehidratarse y recuperar parte del peso perdido antes de la competición. Este proceso de rehidratación lleva a un rápido aumento en el peso corporal, lo que puede ser sorprendente para el cuerpo y tener implicaciones en el rendimiento. Algunos atletas pueden recuperar una cantidad significativa de peso en tan solo unas pocas horas después del pesaje, llegando a obtener hasta 10-12 kilogramos en la recuperación.
Las 24 horas posteriores al pesaje son indispensables para obtener el máximo rendimiento del recorte de peso. En este tiempo se debe beber mucha agua para recuperarse de la deshidratación, realizar varias ingestas de alimento, y, recargar el glucógeno de los músculos. En determinadas ocasiones, el rebote de peso puede afectar negativamente el equilibrio de líquidos y electrolitos del cuerpo, lo que puede contribuir a problemas como la fatiga durante la competición. Además, el aumento rápido en el consumo de alimentos y líquidos puede causar malestar estomacal y digestivo.
Para evitar los efectos negativos del rebote de peso, es importante que los atletas trabajen en estrecha colaboración con profesionales de la salud y entrenadores para desarrollar estrategias de pérdida de peso y rehidratación seguras y efectivas. Estas estrategias deben estar diseñadas para mantener un equilibrio adecuado entre el rendimiento deportivo y la salud general.
Riesgos del corte de peso – Salud y competición
Realizar un corte de peso en deportes de combate y otras disciplinas puede tener varios puntos negativos y riesgos para la salud y el rendimiento de los atletas. Aquí hay algunos de los principales aspectos a considerar:
- Desnutrición y deshidratación: Los métodos extremos para perder peso, como la restricción severa de alimentos y líquidos, pueden llevar a la desnutrición y la deshidratación. Esto puede resultar en debilidad, fatiga, mareos y disminución del rendimiento físico y mental.
- Pérdida de músculo: Un corte de peso mal gestionado puede llevar a la pérdida de masa muscular, lo que a su vez puede afectar negativamente la fuerza y la capacidad de recuperación de un atleta.
- Desbalance de electrolitos: La pérdida de líquidos y electrolitos puede causar desequilibrios en los niveles de sodio, potasio y otros minerales esenciales, lo que puede llevar a problemas como calambres musculares, debilidad y ritmo cardíaco irregular.
- Disminución del rendimiento: La falta de hidratación adecuada y nutrientes puede resultar en una disminución significativa del rendimiento en la competencia, lo que puede afectar negativamente los resultados.
- Efectos en el sistema cardiovascular: La deshidratación y la restricción de alimentos pueden poner un estrés considerable en el sistema cardiovascular, lo que aumenta el riesgo de problemas cardíacos y dificulta la recuperación.
- Impacto en la salud mental: Los cortes de peso extremos pueden tener un impacto negativo en la salud mental de los atletas, aumentando el estrés y la ansiedad relacionados con el rendimiento, la imagen corporal y la presión por cumplir con los objetivos de peso.
- Mayor riesgo de lesiones: La debilidad muscular, la deshidratación y la fatiga pueden aumentar el riesgo de lesiones durante la competencia.
- Recuperación deficiente: Un corte de peso inadecuado puede dificultar la recuperación después de la competencia, lo que puede repercutir en el rendimiento a largo plazo y en la salud general.
- Impacto en el sistema endocrino: Las restricciones severas pueden afectar el equilibrio hormonal del cuerpo y tener un impacto negativo en la producción de hormonas esenciales para el rendimiento y la salud.
- Hábitos alimentarios problemáticos: Los cortes de peso extremos pueden promover patrones alimentarios insalubres y desordenados, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en la relación de los atletas con la comida.
En resumen, aunque los cortes de peso son comunes en ciertos deportes, es esencial que los atletas se acerquen a esta práctica con cuidado y bajo la supervisión de profesionales de la salud y entrenadores expertos. Los riesgos asociados con los cortes de peso extremos pueden superar los beneficios temporales y pueden tener un impacto duradero en la salud y el rendimiento de un atleta. La seguridad y la salud siempre deben ser la principal prioridad.